Crónica de un desnudo anunciado.

Son las 21:00 del día sábado 5 de mayo de 2007 y nos disponemos a ir al centro de la ciudad para la toma de las fotografías que realizará Spencer Tunick en México, la sensación de extrañeza no deja de sentirse pues nunca imaginábamos que esto fuera posible (hay que considerar la serie de obstáculos a vencer para que se pudiera llevar a cabo esto, pero se logró).

 

En el camino se pueden observar grupos de chavos que van a pasar la noche en el zócalo de la ciudad con tal de ser parte de este evento, pero por fortuna nosotros contamos con asilo en casa de una amiga de mi prima para pasar la noche (en la cual por cierto prácticamente no dormimos de la emoción y por el ruido de tanto movimiento en las calles aledañas al centro) en donde se definiría la estrategía a seguir durante el evento.

 

Son las 3:00 a.m. y nosotros ya estamos en pie listos para nuestra cita con el destino; dan las 4:00 de la mañana y nos disponemos a salir para ir a nuestra cita, las calles están repletas de autos estacionados, motos y muchos desvelados que han pernoctado en las calles literalmente. Llegamos y nos encontramos con interminables filas de personas que apenas están llenando sus registros (afortunadamente nosotros ya los tenemos en la mano), más filas para poder entrar las cuales parecen retenes de la polícia.

 

Hemos llegado y aplicamos la estrategia planeada (estos es: cada quien por su lado por sanidad mental), decido recorrer la zona hasta encontrar un lugar cercano a la plancha para dejar mi ropa; termino entre un grupo de chavos que llegaron juntos y unas personas mayores que han decidido quitarse complejos y tabús.

 

Pasan las horas y el frío de la mañana empieza a sentirse al amanecer, las indicaciones por parte del staff no se entienden y la emoción y la molestia por parte de camarografos que están realizando tomas sin permiso de acuerdo a lo establecido en el registro empiezan a ser latentes; la petición de guardar las energías para lo foto son constantes (hasta después entendería el por que), las porras para Felipito (Calderón) y Norberto (Rivera) son cada vez más subidas de tono y en señal de protesta por sus acciones.

 

Por fin empieza a salir el Sol y la orden llega «Fuera ropa todo mundo», el pudor se termina y la emoción, la adrenalina estan a flor de piel literalmente. Una pareja de chavos junto a mi empiezan a desnudar muy en plan de juego, los comentarios acerca del color de cabella no se hacen esperar, por mi parte me despojo de la poca ropa que me cubría hasta terminar desnudo como todos a mi alrededor, dobló y amarró mi ropa por aquello de que se vaya a perder algo (una amiga me dijo que se me hiba aperder la ropa, y la amenaza no se hizo esperar «si me pasa eso vengo directo a tu casa a que me prestes algo para que se te quite lo mala onda por echarme la sal», por fortuna no pasó nada que lamentar por mi parte).

 

La siguiente orden llega «todo mundo a la plancha», muchos empiezan a correr para tener un buen lugar, la sensación de libertad es indescriptible y no puedo evitar la necesidad de correr y sentir el ansia de saberme desnudo en lugar público y que nadie me quiera llevar detenido por faltas a la moral (harían falta muchos policías para hacerlo), mientras llego a un lugar que a mi gusto es el indicado no puedo evitar ver el desfile de personas a mi alrededor, desde los cuerpos que han hecho de un gimnasio su vida hasta aquellos que el sedentarismo ha hecho sus estragos, personas jóvenes y adultas, de todas edades, parejas embarazadas y de adultos que se han dado la oportunidad su vida, grupos de amigos y amigas que van haciendo bromas, nacionales y extranjeros que se dan cita al evento, el grito de «México, México» nos da ánimos a todos.

 

Me encuentro a una exalumna mía de cual omitiré el nombre para no sacarla a blacón, y cuya sorpresa no se hace esperar al encontrarnos de esta forma tan peculiar, un grupo de señoras ya mayores que son quienes ponen la sal y pimienta con sus bromas entre ellas y a quien está cerca y se descuida, por fuerza de acomodamientos contínuos termino junto a unas regias muy buena onda y a las señoras que menciono.

 

Las posiciones empiezan, el movimiento de pies es constante para tratar de quitarse el frío que empieza a hacerse notorio en todos los presentes, es hora de acostarse en el piso y los brincos por la temperatura no se hacen esperar, algunas mujeres que tienen el cabello largo lo usan para proteger su espalda; termina el primer suplicio y comienza la más difícil de todas, estar en hinojos frente a la catedral, el acomodarse es el primer problema por ver quiente te toca atrás (le hago el cambio a la chica de enfrente para su comodidad pues detrás mío hay otra chava y con eso evitamos incomodidades entre ambos), los calambres desde la punta de los dedos hasta la cadera son la queja de muchos, la falta de un sonido adecuado retrasa la posición, unos empiezan a hacer penitencia muy en plan de broma por lo castigante de la posición y otros ya mejor queremos irnos a misa de una vez, solo para ver que opina la alta jerarquía católica al vernos desnudos en plena misa (no nos quisieron abrir la catedral para asistir).

 

Es hora de ponernos de pie y la ayuda a las personas que se les dificulta demuestra la camaradería del pueblo mexicano; nos piden que caminemos hacia la calle «20 de noviembre» y parece un día normal, solo que con personas desnudas, después de caminar y no entedender la mayoría de las instrucciones regresamos a la plancha; les piden a los hombres que se retiren y se vistan pues la siguiente toma es solo para las mujeres (terrible error, nuchos aprovecharon la oportunidad para sacar celulares y todo aquello con que se pudiera tomar la foto de recuerdo) lo cual ocasionó la molestia general de las presentes.

 

Encuentro mi ropa donde la dejé y a quienes están cerca la experiencia nos deja agotados, los comentarios y las felicitaciones por atreverse a hacerlo son generalizadas; me visto y voy al punto de encuentro donde acordamos vernos al terminar el evento con mis acompañantes, el camino está plagado de reporteros buscando la nota, de personas que no saben como regresar pues no son de la ciudad y otros más que buscan desesperadamente un café para mitigar los efectos de la desvelada.

 

Encuentro a mis compañeras y nos retiramos del lugar sin antes saber que esta experiencia tal vez no se repita nunca en las mismas circunstacias, pues el ser complíces de esta aventura es la experiencia más grandiosa que se ha tenido….

BY : LT

SE TOMO PRESTADA  DE OSIYAGAMI (p.d saludos  amigo!!) Y LO PUEDEN VER  EN SU VERSION  ORIGINAL  AQUI